La Incomparable (a Ye.Co.)

Nada se compara

Ni las pululantes gotas de lluvia frescas en el rostro cansado
Ni el aroma embriagante de la piel sufrida de mi tierra mojada

Nada se compara

Ni el tranquilizante paso sigiloso de las volutas de estrellas
Ni la brillante mano de la Luna peinando sedosa las copas de los árboles

Nada se compara

Ni el canto relajado de los tibios pichones bajo el ala materna
Ni la dulce melopea de los rios furibundos repletos de liquido musical

No

Nada se compara

Solo Yesica

1 comentario:

Tu sangre de tinta derramala en este cuenco abdomen

Aqui también hay pus

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